viernes, 11 de mayo de 2007

Nuevos vientos

La semana pasada estuvo llena de satisfacciones que me han llenado de nuevos bríos para enfrentarme a la terrible mediocridad de mi entorno nuevamente. Como es natural en este viaje permanente que es mi vida, otra vez estoy lejos. Muchas veces me pregunto si esto es estar lejos, ¿tengo algo de lo cual sentirme lejos? ¿alguien?

Si alguien lee lo que escribí sobre mi estadía en el hotel podrá notar por qué puedo decir que si extrañara algo podría haber sido alguien, como esa primera imagen de la recepcionista. Sólo puedo decir que no me iba a conformar con mi decepción y finalmente hice algo.

Y de ese encuentro obtuve algo, algo que no puedo describir, algo grande... ella también; por lo menos creo que era justo para esa mujer que esto pasara.

Nueva ciudad, nuevas caras, afortunadamente los mismos tragos (de hecho, mejores), y por supuesto, un nuevo hotel.

Nuevos clientes, nuevas reuniones, nuevos empleados ineptos, nuevos negocios, nuevas camisas, nuevas mujeres.

Todo sigue igual, es sólo que sucede en otra parte.

Ahora, tengo todas mis energías condensadas en lo que puede llegar a ser. Me estoy guardando, estoy conservando todo lo que puedo porque muy pronto va a pasar algo grande. Puedo sentirlo bajo la piel.