miércoles, 29 de agosto de 2007

Quiero ser como tú

Me parece verdaderamente el colmo que además de la estupidez manifiesta se demuestre de manera tan descarada la falta de creatividad y estilo.

Desde hace algunos días he estado visitando el blog de una muchachita falta de atención, afecto e inteligencia en el que aparecen comentarios y hasta supuestas "claves" (para no sé que clase de estúpido juego) con mi nombre vinculado.

El copycat de pacotilla que firma con mi nombre se ha dedicado a proponer unos supuestos acertijos y está fingiendo ser un sicópata que intenta hacerle algo a la niñita esta.

Por otro lado, su amiguito imbécil se obsesionó con la idea de que soy yo y me anda montando una persecución ridícula que no sé que objeto tiene.

Mi blog es uno de baja circulación y mi único objetivo es tener un espacio alterno al de mi vida cotidiana en el cual poder descargar mi odio hacia la mediocridad que me circunda y, por supuesto, hacer un ejercicio reflexivo sobre mi hacer cotidiano a partir de la escritura.

Yo tengo una vida muy ocupada y no tengo tiempo de ponerme a perseguir muchachitas insulsas o a armar montaje "maléficos" para asesinar a nadie. Menos a alguien tan insignificante en mi opinión.

Pero si de matar a alguien se trata, les aseguro que sería más creativo y sofisticado. Y sobre todo: SERÏA CAPAZ Y LO HARÍA… y no necesitaría publicitarlo tanto… sobre todo porque hacerlo sería muy estúpido.

¿Qué hay detrás de esto? Conseguirse una vida virtual para suplir la carencia absoluta de espíritu que aqueja a estos personajes, supongo.

jueves, 16 de agosto de 2007

Detesto la paranoia

Detesto la paranoia. Bueno, la falsa paranoia de estos remedos de persona que se creen el centro del mundo o que creen que su desgracia es infinitamente más grande que la de los demás.
Sobre todo en el segundo caso, es una cosa decepcionante... me decepciona del género humano que alguien crea que una infidelidad o una cosa tan superflua y barata como una discusión de pareja son el fin del mundo. Tal vez deba serlo para quienes piensan así.
Mi vida no es un jardín de rosas pero puedo decir que he hecho de ella un acontecimiento no solo soportable sino útil. Porque de nada sirve sentarse toda la vida a lamentarse o a esperar la caridad ajena si en el camino no se están haciendo cosas que le den un propósito medianamente valioso a la propia existencia.
Estanislao Zuleta dijo que el grave problema es que deseamos mal:

Puede decirse que nuestro problema no consiste solamente ni principalmente
en que no seamos capaces de conquistar lo que nos proponemos, sino en aquello
que nos proponemos: que nuestra desgracia no está tanto en la frustración de
nuestros deseos, como en la forma misma de desear. Deseamos mal.
En lugar de
desear una relación humana inquietante, compleja y perdible, que estimule
nuestra capacidad de luchar y nos obligue a cambiar, deseamos un idilio sin
sombras y sin peligros, un nido de amor, y por lo tanto, en última instancia un
retorno al huevo. En vez de desear una sociedad en la que sea realizable y
necesario trabajar arduamente para hacer efectivas nuestras posibilidades,
deseamos un mundo de satisfacción, una monstruosa sala-cuna de abundancia
pasivamente recibida.


Ese es el gravísimo problema de la gente: que busca cosas ideales cuando ellos mismos lo que pfrecen es una miseria. Me estresa. Hay una muchachita por ahí que piensa que su vida es la más desgraciada y tal vez es porque ella es un desastre...
Hay personas a las que a uno le gustaría ayudarlos a liberarse.. pero para siempre...
Liberarse de ese deseo de ser feliz para siempre en una casita rosadita con un jardín de florecitas y tres mocosos jugando... una vida aburrida, sin problemas, sin necesidades... Si tanto desean una vida así y se quejan tanto de su vida actual pues tal vez lo mejor sea que renuncien de una vez por todas al asunto o dejen de quejarse y fastidiar y hacerlo a uno perder el tiempo.... porque a nadie, lo juro, le interesa que sus vidas sean un despropósito.

lunes, 13 de agosto de 2007

Me encanta

Me encanta volver a la "casa" y ver que tengo exactamente el mismo desorden que el día que escribí por última vez... las mismas cajas, la misma ropa sin desempacar, los mismo libros enmoheciéndose en un rincón cualquiera del apartamento y yo... con las mismas ganas de que alguien lo haga por mí... de hecho, lo van a hacer, ya le dije a Lorena (mi mano derecha -aunque una mano derecha fracturada o luxada, qué se yo-)que ahí dejo las llaves y me solucione el asunto.
Dejo de lado tanta trivialidad y melosería para hablar de otra cosa que me encanta. Me encanta que la gente sea tan fácilmente sugestionable. Hace un tiempo estuve de viaje por San Petersburgo y durante el fin de semana estuve en la casa de un antiguo compañero de universidad y le mostraba algunas fotos del viaje. Cuando le mostré la fotografía de la cama de Pedro el Grande la esposa de este personaje se puso pálida y agarró a mi amigo del brazo y dijo "¿amor, si ves?, ahí se ve el fantasma acostado, ¡qué impresión!".
¿Fantasmas? a estas alturas de la vida, cuando uno ya ha pasado por la universidad, ha formado una familia y es una persona aparentemente bien estructurada me parece ridículo hacer una alaharaca como la de esta mujer respecto a una fotografía con un "fantasma". Pero lo peor fue la posterior conversación: esta mujer me mantuvo durante casi una hora escuchándola respecto a su creencia de que los fantasmas son supuestos cúmulos de "energía negativa" que se estancan en un lugar y que se alimentan de las mlas vibraciones de las personas que los visitan.
Definitivamente, la ignorancia se sofistica de modos incalculables... menos mal que los fantasmas ya no son almas en pena como en la religión católica, o almas que se niegan a la reencarnación como en el Shinto. Resulta que ahora son almas que quedan atrabadas por un mal cálculo del diseñador de interiores. Mejor dicho, la esposa de mi amigo más o menos sugirió que hay que hacerle Feng Shui al Palacio de los Zares...
Un consejo que los rusos seguramente agradecerán.

martes, 7 de agosto de 2007

De los blogs y otros demonios

Han pasado muchas cosa en estos días... muchas y casi ninguna... como me dijeron por ahí en los comentarios, la vida en cajas...
Todos los días cuando llego acá me prometo que voy a desempacar y luego pienso que si mi vida es tan pequeña que cabe en unas cjas, bien puede esperar unos días o tal vez semanas. Mañana me voy de nuevo, tal vez hasta el fin de semana y a donde voy es a un lugar al que no quisiera volver: el lugar donde le propuse matrimonio a... bueno, a ella, después estaré listo para hablar de eso.
no tengo que empacar porque la verdad no había terminado de desempacar... la empleada vino y me dejo la maleta tal cual, como yo la dejé detrás del sofá...
De festivo... me levanté tarde, anoche creo que me pasé un poco con la bebida...
Me quedé sin internet un buen rato, mi conexión fallaba... me perdí en un mar de reclamos durante una hora y treintaicinco minutos e insulté a una caterva completa de insulsos operadores de callcenter. Me dediqué a leer blogs y ví con agrado que hay gente pensante todavía en este valle de lágrimas... y también vi las páginas de las mujeres que se esconden tras ese velo del anonimato para no mostrar cuan pequeñas, frágiles, delicadas y vulnerables son...
Encontré quienes suplen con el blog lo que no funciona en otros espacios (cosa lamentable en muchos casos) y otros como yo que simplemente están cansados de la gente que los rodea y desean tener un espacio para decirlo.
Y encontré a gente que no puede sostener una tesis, a varios paranoicos y a una niñita narcisista que cree ser la persona más triste del mundo...
Entre tantas historias de vida maravillosas e interesantes... unos cuántos a los que le hace falta despegarse del compitador y ver el mundo, así sea para cansarse luego, como yo.