lunes, 17 de septiembre de 2007

De cama en cama: trascendencia multicolor

Estoy decepcionado y aburrido. Afortunadamente ya pasó la estupidez con la que me estaban importunando; eso es bueno, porque al final, ví una película que me gustó y tuve 15 minutos de popularidad. Andy Warhol. Me gusta Andy Warhol. Quisiera compartir algo de su inocencia. Algo de su mirada multicolor de un mundo en el que la trascendencia espiritual es imposible. Todo es razón y dinero... y eso ya lo dijo Sábato.
Y hablando de Sábato, el sábado fui a comprar libros. Deambulé durante dos horas por la librería y encontré seis títulos que buscaba hace rato. Una revista. Una agenda del año 2008 (¿?).
Iba a pasar a la caja y me devolví, porque, Nowhereman: no, no he desmpacado las cajas. No he estado en el apartamento... he dormido donde una vieja amiga...
Y no tengo nada que contar. Hay momentos en los que el sexo es sólo el almohadón que cubre la hebra suelta del edredón. He vuelto a la casa y pienso que es mejor seguir mirando cómo cada vez menos parece haber lugar para el hombre que intenta pensar. A veces me alegra. Y luego marco el número de una recepcionista de hotel que conocí recién llegué, porque me doy cuenta de que al ederedón se le ha salido otra hebra.
A solas con todo el mundo
La carne cubre el hueso
y dentro le ponen
un cerebro y a veces un alma
y las mujeres arrojan
jarrones contra las paredes
y los hombres beben demasiado
y nadie encuentra al otro
pero siguen
buscando de cama
en cama,
la carne cubre
el hueso y la carne busca algo más carne.
no hay ninguna posibilidad:
estamos todos atrapados
por un destino
singular.
nadie encuentra jamás al otro.
los tugurios se llenan
los vertederos se llenan
los manicomios se llenan las tumbas se llenan
nada más se llena.
(Bukowski)

martes, 4 de septiembre de 2007

SE ACABÓ EL JUEGO

Acabo de descubrir que mi nick fue usado para una campaña publicitaria, no se si por coincidencia o a propósito. Me inclino a pensar lo primero, Sin embargo me molesta que un cretino como Castel en su estúpida paranoia haya llegado a pensar que alguien como yo voy a ponerme en juegos tontos de de persecuciones y asesinatos.

En fin, todo el jueguito de la inexistente Triste Angélica iba hacia la publicidad de la página de una película... Debo aceptar que me gano la curiosidad y fui a verla. No me disgusto, es un relato sobrio y realista sobre un caso real contado sin los excesos a los que nos tiene acostumbrados el cine de Hollywood, ademas con un mensaje claro sobre los peligros que conlleva el obsesionarse con cualquier cosa, incluyendo asesinos. Ojalá aprendan!

En fi... mis perdones a los que me involucraron en este montaje y espero que en futuras ocasiones se cuiden más de las consecuencias de sus juegos.


miércoles, 29 de agosto de 2007

Quiero ser como tú

Me parece verdaderamente el colmo que además de la estupidez manifiesta se demuestre de manera tan descarada la falta de creatividad y estilo.

Desde hace algunos días he estado visitando el blog de una muchachita falta de atención, afecto e inteligencia en el que aparecen comentarios y hasta supuestas "claves" (para no sé que clase de estúpido juego) con mi nombre vinculado.

El copycat de pacotilla que firma con mi nombre se ha dedicado a proponer unos supuestos acertijos y está fingiendo ser un sicópata que intenta hacerle algo a la niñita esta.

Por otro lado, su amiguito imbécil se obsesionó con la idea de que soy yo y me anda montando una persecución ridícula que no sé que objeto tiene.

Mi blog es uno de baja circulación y mi único objetivo es tener un espacio alterno al de mi vida cotidiana en el cual poder descargar mi odio hacia la mediocridad que me circunda y, por supuesto, hacer un ejercicio reflexivo sobre mi hacer cotidiano a partir de la escritura.

Yo tengo una vida muy ocupada y no tengo tiempo de ponerme a perseguir muchachitas insulsas o a armar montaje "maléficos" para asesinar a nadie. Menos a alguien tan insignificante en mi opinión.

Pero si de matar a alguien se trata, les aseguro que sería más creativo y sofisticado. Y sobre todo: SERÏA CAPAZ Y LO HARÍA… y no necesitaría publicitarlo tanto… sobre todo porque hacerlo sería muy estúpido.

¿Qué hay detrás de esto? Conseguirse una vida virtual para suplir la carencia absoluta de espíritu que aqueja a estos personajes, supongo.

jueves, 16 de agosto de 2007

Detesto la paranoia

Detesto la paranoia. Bueno, la falsa paranoia de estos remedos de persona que se creen el centro del mundo o que creen que su desgracia es infinitamente más grande que la de los demás.
Sobre todo en el segundo caso, es una cosa decepcionante... me decepciona del género humano que alguien crea que una infidelidad o una cosa tan superflua y barata como una discusión de pareja son el fin del mundo. Tal vez deba serlo para quienes piensan así.
Mi vida no es un jardín de rosas pero puedo decir que he hecho de ella un acontecimiento no solo soportable sino útil. Porque de nada sirve sentarse toda la vida a lamentarse o a esperar la caridad ajena si en el camino no se están haciendo cosas que le den un propósito medianamente valioso a la propia existencia.
Estanislao Zuleta dijo que el grave problema es que deseamos mal:

Puede decirse que nuestro problema no consiste solamente ni principalmente
en que no seamos capaces de conquistar lo que nos proponemos, sino en aquello
que nos proponemos: que nuestra desgracia no está tanto en la frustración de
nuestros deseos, como en la forma misma de desear. Deseamos mal.
En lugar de
desear una relación humana inquietante, compleja y perdible, que estimule
nuestra capacidad de luchar y nos obligue a cambiar, deseamos un idilio sin
sombras y sin peligros, un nido de amor, y por lo tanto, en última instancia un
retorno al huevo. En vez de desear una sociedad en la que sea realizable y
necesario trabajar arduamente para hacer efectivas nuestras posibilidades,
deseamos un mundo de satisfacción, una monstruosa sala-cuna de abundancia
pasivamente recibida.


Ese es el gravísimo problema de la gente: que busca cosas ideales cuando ellos mismos lo que pfrecen es una miseria. Me estresa. Hay una muchachita por ahí que piensa que su vida es la más desgraciada y tal vez es porque ella es un desastre...
Hay personas a las que a uno le gustaría ayudarlos a liberarse.. pero para siempre...
Liberarse de ese deseo de ser feliz para siempre en una casita rosadita con un jardín de florecitas y tres mocosos jugando... una vida aburrida, sin problemas, sin necesidades... Si tanto desean una vida así y se quejan tanto de su vida actual pues tal vez lo mejor sea que renuncien de una vez por todas al asunto o dejen de quejarse y fastidiar y hacerlo a uno perder el tiempo.... porque a nadie, lo juro, le interesa que sus vidas sean un despropósito.

lunes, 13 de agosto de 2007

Me encanta

Me encanta volver a la "casa" y ver que tengo exactamente el mismo desorden que el día que escribí por última vez... las mismas cajas, la misma ropa sin desempacar, los mismo libros enmoheciéndose en un rincón cualquiera del apartamento y yo... con las mismas ganas de que alguien lo haga por mí... de hecho, lo van a hacer, ya le dije a Lorena (mi mano derecha -aunque una mano derecha fracturada o luxada, qué se yo-)que ahí dejo las llaves y me solucione el asunto.
Dejo de lado tanta trivialidad y melosería para hablar de otra cosa que me encanta. Me encanta que la gente sea tan fácilmente sugestionable. Hace un tiempo estuve de viaje por San Petersburgo y durante el fin de semana estuve en la casa de un antiguo compañero de universidad y le mostraba algunas fotos del viaje. Cuando le mostré la fotografía de la cama de Pedro el Grande la esposa de este personaje se puso pálida y agarró a mi amigo del brazo y dijo "¿amor, si ves?, ahí se ve el fantasma acostado, ¡qué impresión!".
¿Fantasmas? a estas alturas de la vida, cuando uno ya ha pasado por la universidad, ha formado una familia y es una persona aparentemente bien estructurada me parece ridículo hacer una alaharaca como la de esta mujer respecto a una fotografía con un "fantasma". Pero lo peor fue la posterior conversación: esta mujer me mantuvo durante casi una hora escuchándola respecto a su creencia de que los fantasmas son supuestos cúmulos de "energía negativa" que se estancan en un lugar y que se alimentan de las mlas vibraciones de las personas que los visitan.
Definitivamente, la ignorancia se sofistica de modos incalculables... menos mal que los fantasmas ya no son almas en pena como en la religión católica, o almas que se niegan a la reencarnación como en el Shinto. Resulta que ahora son almas que quedan atrabadas por un mal cálculo del diseñador de interiores. Mejor dicho, la esposa de mi amigo más o menos sugirió que hay que hacerle Feng Shui al Palacio de los Zares...
Un consejo que los rusos seguramente agradecerán.

martes, 7 de agosto de 2007

De los blogs y otros demonios

Han pasado muchas cosa en estos días... muchas y casi ninguna... como me dijeron por ahí en los comentarios, la vida en cajas...
Todos los días cuando llego acá me prometo que voy a desempacar y luego pienso que si mi vida es tan pequeña que cabe en unas cjas, bien puede esperar unos días o tal vez semanas. Mañana me voy de nuevo, tal vez hasta el fin de semana y a donde voy es a un lugar al que no quisiera volver: el lugar donde le propuse matrimonio a... bueno, a ella, después estaré listo para hablar de eso.
no tengo que empacar porque la verdad no había terminado de desempacar... la empleada vino y me dejo la maleta tal cual, como yo la dejé detrás del sofá...
De festivo... me levanté tarde, anoche creo que me pasé un poco con la bebida...
Me quedé sin internet un buen rato, mi conexión fallaba... me perdí en un mar de reclamos durante una hora y treintaicinco minutos e insulté a una caterva completa de insulsos operadores de callcenter. Me dediqué a leer blogs y ví con agrado que hay gente pensante todavía en este valle de lágrimas... y también vi las páginas de las mujeres que se esconden tras ese velo del anonimato para no mostrar cuan pequeñas, frágiles, delicadas y vulnerables son...
Encontré quienes suplen con el blog lo que no funciona en otros espacios (cosa lamentable en muchos casos) y otros como yo que simplemente están cansados de la gente que los rodea y desean tener un espacio para decirlo.
Y encontré a gente que no puede sostener una tesis, a varios paranoicos y a una niñita narcisista que cree ser la persona más triste del mundo...
Entre tantas historias de vida maravillosas e interesantes... unos cuántos a los que le hace falta despegarse del compitador y ver el mundo, así sea para cansarse luego, como yo.



sábado, 28 de julio de 2007

"Sucede que me canso de ser hombre"

A veces siento que la oscuridad es la madre de todo lo humano. Y no me refiero solamente a las retorcidas convulsiones de las mentes de los hombres que intentan disimular su maldad a través de apariencias y supuestas intenciones altruistas. Ni me refiero a los gobiernos que se rien con el corazón en la mano (y supuestamente con un corazón grande) mientras se agradan de las muertes y desmembramientos de aquellos que alguna vez depositaron sus esperanzas en aquellas fingidas cercanías de aquellos que jamás han conocido la pobreza.
Me refiero a que cada vez que miro a los ojos de las personas que trabajan conmigo esta en mi la absoluta seguridad de que jamás llegare a ver un rostro cierto o por lo menos, uno que quiera serlo, que no lo sea a pesar de si mismo.
Hay un rincón oscuro en el alma pero todos son tan simples como los mosquitos que se acercan a la lámpara sin que les importe que la tira de insecticida este pegada a ella.
Nos acercamos cada vez a más a la destrucción de lo humano mismo y tal vez es mejor que así sea, digo, pues nada de lo humano ha traído cosa diferente al mundo que podredumbre y corrupción.
Cuando Baudelaire escribió sus maléficas flores entendió la agonizante bondad de los espíritus humanos que ya en su época exhalaba su último aliento. Qué podríamos nosotros esperar de una época como la nuestra en la que no solo existe la ya sabida corrupción e inclinación natural al mal sino que en la misma esfera publica esa inclinación es desfachatada.
Pablo Neruda dijo: “Sucede que me canso de ser hombre”…

Anoche, al volver a la ciudad después de otra cadena de saludos y reuniones y acentos ordinarios de supuestos ejecutivos descansé l llegar a la que, espero, algún día tenga apariencia de casa. Todo esta tan revuelto y hay cajas y cajas y más cajas con cosas que no se si podré acomodar alguna vez porque hace tanto que no tenia un lugar fijo en mi vida que me da miedo poner orden si se que mis objetos ya están acostumbrados a su vivienda de cartón.
Me puse a leer, como suelo hacer desde que ya no puedo seguir el hilo de ningún estupido programa de televisión y desde que perdí la memoria de una noche de sueño decente… Me encontré de nuevo con Issidore Duccase y encontré, como siempre en ese libro, (Cantos de Maldoror), la descripción de lo que me pasa
:(...)Hay horas en la vida en que el hombre de melena piojosa lanza, con los
ojos fijos, miradas salvajes a las membranas verdes del espacio, pues le parece
oír delante de sí, el irónico huchear de un fantasma. El menea la cabeza y la
baja; ha oído la voz de la conciencia. Entonces sale precipitadamente de la casa
con la velocidad de un loco, toma la primera dirección que se ofrece a su
estupor, y devora las planicies rugosas de la campiña. Pero el fantasma amarillo
no lo pierde de vista y lo persigue con similar rapidez. A veces, en noches de
tormenta, cuando legiones de pulpos alados, que de lejos parecen cuervos, se
ciernen por encima de las nubes, dirigiéndose con firmes bogadas hacia las
ciudades de los humanos, con la misión de prevenirles que deben cambiar de
conducta, el guijarro de ojo sombrío ve pasar, uno tras otro, dos seres a la
claridad de un relámpago, y, enjugando una furtiva lágrima de compasión que se
desliza desde su párpado helado, exclama: Por cierto que lo merece; no es más
que un acto de justicia. Después de haber dicho esto, recobra su actitud huraña,
y sigue observando, con un temblor nervioso, la caza de un hombre, y los grandes
labios de la vagina de sombra, de donde se desprenden incesantemente, como un
río, inmensos espermatozoides tenebrosos que toman impulso en el éter lúgubre,
escondiendo en el vasto despliegue de sus alas de murciélago, la naturaleza
entera, y las legiones de pulpos que se han vuelto taciturnos ante el aspecto de
esas fulguraciones sordas e inexpresables. "

Se que en algún momento ya esta calma del silencio no va a bastarme y tal vez necesite de nuevo una de esas chillonas voces femeninas que me grite en el oído y me pida algo… se que de nuevo necesitare jugar a que existe algo adentro de esas siluetas y bajo esas texturas de la blanca piel… y revolver cabellos y apretar miembros mientras mi alma se vacía de algún modo de esta semilla de oscuridad y abismo que parece estar a punto de consumirla.
Pero mientras todas las mujeres que conozca estén preocupadas por saber si es verdad que gano más que sus esposos o se preocupen por saber cómo hice para tener este trabajo si soy joven (en apariencia) no me va a quedar otra salida que dedicarme a la cursilería de escribir y seguirme llenando de esta rabia por vivir en un mundo en el que nadie se pregunta siquiera las razones por las que yo estoy acá y ellos no… a todos los que me rodean les parece obvio, pero me estoy cansando de ser efectivo, buen jefe, buen compañero de juego o lo que sea… Hay un detrás, que espero alguien pueda vislumbrar.

viernes, 11 de mayo de 2007

Nuevos vientos

La semana pasada estuvo llena de satisfacciones que me han llenado de nuevos bríos para enfrentarme a la terrible mediocridad de mi entorno nuevamente. Como es natural en este viaje permanente que es mi vida, otra vez estoy lejos. Muchas veces me pregunto si esto es estar lejos, ¿tengo algo de lo cual sentirme lejos? ¿alguien?

Si alguien lee lo que escribí sobre mi estadía en el hotel podrá notar por qué puedo decir que si extrañara algo podría haber sido alguien, como esa primera imagen de la recepcionista. Sólo puedo decir que no me iba a conformar con mi decepción y finalmente hice algo.

Y de ese encuentro obtuve algo, algo que no puedo describir, algo grande... ella también; por lo menos creo que era justo para esa mujer que esto pasara.

Nueva ciudad, nuevas caras, afortunadamente los mismos tragos (de hecho, mejores), y por supuesto, un nuevo hotel.

Nuevos clientes, nuevas reuniones, nuevos empleados ineptos, nuevos negocios, nuevas camisas, nuevas mujeres.

Todo sigue igual, es sólo que sucede en otra parte.

Ahora, tengo todas mis energías condensadas en lo que puede llegar a ser. Me estoy guardando, estoy conservando todo lo que puedo porque muy pronto va a pasar algo grande. Puedo sentirlo bajo la piel.

viernes, 27 de abril de 2007

Hastío

Mientras logro volver a instalarme en algún lugar sigo en el hotel. La recepcionista, en efecto está sólo en las noches y sí, es demasiado amable. Debo confesar que en algún segundo logré verla de una forma especial, pero luego volví a estrellarme contra la absurda realidad. Lo único cierto es que la mayoría de las personas que me encuentro día a día parecen inmersas en esa atmósfera de mediocridad que no puedo tolerar; se convencen de que sus trabajos son importantes pero en realidad, no se la pasan sino desperdiciando el tiempo de los demás.
No sé si debe ser así, tener un trabajo en el que se entre en contacto con los clientes, por ejemplo, y ser necesariamente indiscreto. Tener una tarea para la que se requiera agilidad y ser necesariamente lento. Estar encargado del control de calidad de un producto y ser necesariamente negligente. ¿Es eso lo normal?
La indiscreción es algo que no soporto y la línea entre ella y la amabilidad es muy delgada. Entiendo que a veces una ocupación puede mantenernos alejados de la realidad, del contacto real con otras personas y que puede hacerse necesario cruzar la línea para sentir que no se está automatizado, que no se es parte del mobiliario. Entiendo también que se intente cruzar es alínea y crear un lazo de familiaridad con el otro; pero el trabajo, sigue siendo el trabajo y aveces la coquetería, además de ser naturalmente torpe, resulta molesta.
Y lo que en principio era una sonrisa amable puede ser interpretado luego como una mirada ávida... y tal vez, algunos no estamos preparados, no tenemos el tiempo ni la disposición y en todo caso, sabemos que ese gesto no es aquel al que nos corresponda responder. Las cosas en su lugar, hay que manejar cierto tipo de orden.
En todo caso, la imagen no sale de mi cabeza. Probablemente eso sea lo que me molesta tanto. Tengo libre la tarde del viernes y no sé que tan bueno pueda ser. Tengo un asunto pendiente con ella (de quien hablaré luego) y creo que esta es la noche para solucionarlo; digamos que es hora de acabar una obra inconclusa.
Estoy viendo el libro y quisiera leer, pero voy a ducharme y tal vez pida algo de comer. Seguramente cuando vuelva, en la madrugada, esa chica estará ahí.

lunes, 23 de abril de 2007

del avión al hotel

Llegué a la ciudad después de experimentar uno de los viajes más exasperantes que he tenido en muchos años, no entiendo cómo la gente no se impacienta al tener que aguantar retrasos inequívocos del personal que trabaja en las aerolíneas.

Afortunadamente, estoy recostado en esta cama, al menos el servicio del hotel tiene buen nivel; pero me inquieta un poco la chica de la recepción, es gentil, más de lo que me gustaría, creo que serviría más en otros términos. Voy a pensar más en ella durante la noche, probablemente mañana cuando salga para la reunión no la vea, tal vez en la noche. No sé qué horario pueda tener.

viernes, 13 de abril de 2007

La nave va...

Mi nombre está en todas partes. No he de mentirles. Son ustedes quienes día a día lo escriben. En sus palabras. En los gritos de auxilio que piden escapar de la inercia, allí estoy yo. Este es mi rostro, el que veo en el espejo después de 8 horas de vuelo y salir por fin de tantos libros y papeles y correos. ¿Tiene algún sentido?

El trabajo, el trabajo. Ver la cara de tanta gente día a día, esquina tras esquina, reunión tras reunión, página tras página. Es tan fácil pasar a la posteridad. No se necesita mayor inteligencia, es sólo cuestión de aprender a fingir. La sonrisa siempre bien puesta y un traje con buen corte: el mundo es mío.

Tiene sentido ahora, ahora lo sé: el problema es de espacio. Necesitamos amplitud. Más lugares para encontrarnos cara a cara con la verdad. A punto de salir de otro día de sofisticados rituales sociales está el consuelo de las palabras. Sus palabras, las mías. Y sobre todo, sus palabras.
Buscaba la novela de Auster que perdí en la conexión. Destesto las escalas, siempre me quitan mucho tiempo. El tiempo de los aeropuertos se extiende como el magma. Al llegar me sentí de nuevo en casa, aún cuando el lugar que así debería llamar está a miles de kilómetros; en todo caso, era ya un idioma familiar, calles y recovecos conocidos. En la librería de siempre, a pocos pasos del hotel, encontré esas palabras. Si alguno de ustedes las ha leído sabrá a que me refiero. Compré el libro, volví al hotel, me deshice de todas mis prótesis tecnológicas y empecé a buscar en el texto. Siento que hallé una respuesta. Por eso comparto este espacio desde hoy con los oídos de los necios y los sabios por igual. La felicidad y el goce están en el lugar que todos conocemos y es hora de que volvamos los ojos hacia allá.


“Como es arriba es abajo y así como es abajo es arriba, salve al padre Kibalión...”